CUMPLEAÑOS
Eva: Buenos días, señor. Que tenga feliz día de su cumpleaños.
Juan: Gracias, mujer. Ya sumo uno más.
Eva: ¿Cuántos en total, señor?
Juan: Un montón, hija, un montón. Ochenta.
Eva: Pues eso es bueno, sumar cuantos más mejor.
Juan: Sí, claro… lo malo es que pesan cada vez más. Si no fuera por ti, yo ya no puedo hacer muchas cosas de las que hacía antes.
Eva: Pero para eso estamos los jóvenes, para hacer lo que ustedes no pueden. ¿Qué haríamos nosotras entonces?
Juan: Tienes razón, no he dicho nada. Por cierto, ¿Cuándo me dijiste que te tomarías unos días de descanso?
Eva: Mañana, señor. Pero no se preocupe por nada, que no estará solo. Vendrá su familia y yo ya le tengo todo preparado para que no tenga que hacer nada. Tiene la ropa limpia y ordenada para que usted la coja cuando la necesite.
Juan: Gracias, mujer. Qué buena eres. Qué haría yo sin ti.
Eva: Gracias a usted, señor, que me ha dado trabajo.
(Por la tarde)
Juan: Me parece que llaman a la puerta.
Eva: Sí, voy a ver quien es.
Carlos, Claudia, Pablito, Ester: Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliiiz.
Juan: (emocionado) ¡Qué sorpresa! ¡Gracias, hijos míos! ¡Qué sorpresa más agradable!
Carlos: Pues prepárate que hay más (adelante, indicó Carlos con la mano mirando hacia la puerta de entrada. Un grupo de personas hacen su entrada cantando mientras se dirigen a él para saludarlo).
Juan: (no sabe si reír o llorar) ¡Mis sobrinos, mis amigos…! ¡Qué alegría me habéis dado!
Grupo: ¿Qué pensabas, que nos habíamos olvidado de ti?
Claudia: Coja aire, que ahora va a soplar las velas y después a brindar con toda la familia y sus amigos.
(La escena era de lo más alegre. Hablaban, reían, cantaban, comieron pastel y brindaron todos juntos.
Esa tarde, Juan fue el hombre más feliz del mundo, y es que no se necesita mucho para sentirse dichoso. Una llamada telefónica… una visita a tiempo… un gesto cariñoso… una atención inesperada… Puede ser el mejor de los regalos. Cualquier cosa de estas pequeñeces te puede hacer sentir acompañado y querido.)
Piedad Martos
agosto 2016
8 comentarios:
Gracias, amigos y amigas, por leerme y dedicarme parte de vuestro tiempo.
Durante unas semanas vamos a tener a este abuelo y sus diálogos.
Espero que os guste.
Que tengáis feliz fin de semana.
Por una vez, una historia de abuelo feliz y con el reconocimiento familiar, a veces da mucha pena esos abuelos arrinconados en verano, para que no fastidien las vacaciones familiares.
El tuyo es un canto a la familia, muy optimista, gracias.
Un abrazo.
Las personas mayores necesitan mucho del amor de su familia y amigos y se sienten muy solos y deprimidos si no es así......Besicos
Como siempre tus relatos son una preciosidad y un placer poderlos leer .
Eres realmente fantastica .
Espero hayas pasado un buen fin de semana .
La sensibilidad con que escribes tus relatos dicen mucho de ti, será porque te conozco muy bien y se que eres una persona sumamente volcada a toda persona necesita, lo estas demostrado desde hace muchísimos años, y lo mejor de ti, es que nunca te quejas de nada, eres un ejemplo a seguir nunca me cansare de decirlo.
Un abrazo.
Rosa.
Muy bonito PIEDAD eres genial un beso
¡Que tierno y bonito lo describes!
Un abrazo Piedad.
Me ha encantado Piedad, lo relatas precioso amiga. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
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