sábado, 14 de julio de 2012

CON SU EJEMPLO, LOS ANIMALES ENSEÑAN A LOS HUMANOS...

UNA MADRAZA DE VERDAD

 

Os voy a explicar un cuento

aunque el cuento no es tal,

porque la historia que os cuento

es un hecho real.

 

Andaba yo por el bosque

entre sombras y rayos de sol,

cuando en la hojarasca caída,

algo llamó mi atención.

Me acerqué con cuidado

y observé sorprendido

a aquel animalito indefenso

fuera de su nido.

 

¡Una ardilla! Exclamé

al tiempo que buscaba

algún indicio de su nacimiento

y, el porqué sola estaba.

 

En vano fue mi intento

al encontrar soledad

y, una muerte anunciada

por falta de caridad.

 

Tenía los ojitos cerrados,

buscaba el calor de su madre,

su cuerpo donde reposar

y su seno para amamantarse.

 

Morirá sin remedio

intuí horrorizado,

mas de pronto pensé

que el animalito podía ser adoptado.

Lo cogí en mis manos,

lo llevé al jardín

y se lo puse a una gata

que acababa de parir.

Como una buena madre lo aceptó,

lo alimentó y le dio su calor,

defendiéndole con uñas y dientes

de cualquier depredador.

 

La ardilla resultó juguetona,

pronto saltaba y corría

mientras los gatitos, tranquilos,

en el cesto dormían.

 

La gata, incansable,

la tomaba con cuidado,

la ponía en su aposento

y se quedaba a su lado.

Demostrando con su ejemplo

lo que es una madre coraje,

que no le importa la raza ni el color,

ni si lleva o no su sangre.

 

Cuando se hizo adulta,

el animal quiso volver

al lugar de su nacimiento

y, a los suyos conocer;

dejando en el jardín

a su familia adoptiva,

con la que fue muy feliz

por su grata acogida.

 

Y aquí acaba la historia

de esta gran madraza,

que dio la leche de sus hijos

a la cría de otra raza,

demostrando con su hecho

el verdadero amor,

al dar lo que tenía

sin interés ni condición.

 

Piedad Martos.

 

10 comentarios:

Piedad dijo...

¡Hola!
Os dejo este relato sacado de un hecho real que aunque no me ha sucedido a mí, sí le ha sucedido a mi cuñado, y es tal como os lo cuento.
Cuando me habló del caso lo encontré tan interesante que quise hablar de él por la generosidad de la gata... Un ejemplo sin condiciones que los humanos tendríamos que aprender.
La ardilla es una foto sacada de Internet. La gata es una madraza con todas las relgas, aunque tampoco es la que crió al roedor, pero sí cría a los hijos de otras gatas, jajaja. de eso ya nos ha hablado nuestra amiga Conchi.
Con esto os quiero decir que las fotos no son las originales porque no tuve ocasión de fotografiar a los protagonistas, pero para el caso es igual.
Os agradezco a todas y todos el tiempo que me dedicais al leerme y dejar vuestros comentarios.

Que tengais un feliz fin de semana...

Beatriz dijo...

Es muy cierto que los animales nos enseñan mucho día a día. Hermoso tu relato. Besos y beun fin de semana. Acá, en Buenos Aires muchísimo frío pero con lindo solcito.

rosa mis vivencias dijo...

Piedad, esta claro que los animales pueden tener igual o, más sentimientos que las personas, tu relato es un bonito ejemplo de hasta donde son capaces de llegar dando amor y ternura, este es un caso de tantos, ojala aprendiéramos de ellos.

Un beso.
Rosa.

Conchi dijo...

Piedad, qué bien te ha quedado el relato en verso. Ya me habías comentado la historia y me lo creo, porque los animales son increíbles. Sí que tienen sentimientos e instintos de protegerse, de mantener la naturaleza. No como las personas que no solemos plantearnos si estamos dispuestas a criar los hijos de otros, y menos los de otra raza. Criamos a los nuestros y gracias!!!

Las fotos te han quedado muy bien.

¡No dejes de escribir!!!

UN abrazo
Conchi

isam dijo...

Piedad me ha gustado mucho la historia de la gata, es verdad que los animales son increibles.

un beso.

Isabel.

Sabela dijo...

Que bonita historia Piedad, pienso que si siguiéramos el ejemplo de los animales nos iría bastante mejor.
Escribes de lujo, felicidades por tus bien enlazadas palabras que tanto dicen.
Abrazos.

Piedad dijo...

Beatriz, ahí mucho frío y aquí mucho calor, podríamos repartirnos un poco y tendríamos mejor temperatura, ¿no crees?

Rosa, es cierto, tendríamos que aprender de los animales, aunque todos no son igual de generosos.

Conchi, seguro que si lo vuelves a leer otra vez verás algo que no debía estar, jajaja, porque eso me ha pasado a mí, que después de publicarlo he visto una palabra que se repite.

Así es, Isabel. Escribiendo este relato me ha hecho recordar nuestros tiempos de infancia... ¿Recuerdas?


Gracias, Sabela.
Es verdad, a los animales solo le falta hablar, porque hay qué ver lo inteligentes que son.

Que tengáis una feliz semana y espero volver a leer vuestros comentarios, jajaja.

Abrazos para todas.

Marina-Emer dijo...

Piedad...que maravilla de versos de humanidad yo he visto muchos videos de animales de diferentes razas adoptando y dandoles de mamar y abrazandolos para dormir ...es maravilloso.
gracias querida amiga por tu visita a mi casa eressiempre muy bien recibida
Besosss
Marina

Anónimo dijo...

Una historia muy tierna y muy fácil de creer. Más creíble en los animales que en la raza humana. Ellos se guían por el instinto y los hombres por el interés.
AUNQUE NO SIEMPRE DEJE COMENTARIO SABES QUE TE LEO. UN ABRAZO. Loli.

Piedad dijo...

Marina, tú también eres bienvenida a este espacio en el que me complace leerte.
Que tengas un feliz domingo...

loli, lo mismo te digo. Leer vuestros comentarios, es la mejor nota que puedo recibir. Os espero siempre...
Abrazos...