sábado, 12 de septiembre de 2009

AMIGA DE LA INFANCIA.

Hay amigos y amigas que son para toda la vida. Yo conservo todavía las amigas de la infancia aunque algunas hemos pasado más de 40 años sin vernos, pero si la amistad es sana el tiempo no importa para mantenerla viva. Pero aunque todas éramos amigas y nos llevábamos bien, siempre había alguna que destacaba más que otras. En mi caso es mi amiga Isabel, la más querida, la inolvidable, la inseparable y como no, con la que más reñíamos. Estábamos siempre como el perro y el gato y al mismo tiempo no podíamos pasar la una sin la otra.
Nos conocimos a los dos y cuatro años de edad. Yo, cuando tenía un descuido de mi madre salía corriendo a su casa y ella hacía lo mismo, pero cuando nos enfadábamos había que vernos. Recuerdo un día que ella me hizo algo, no recuerdo el qué, pero que sin duda a mí me sentó como un tiro y quise darle su merecido y salí corriendo tras suyo, pero mi hermano que vio la intención me sujetó con fuerza y tanta era la furia que sentía que grité: ¡Me cago en tu madre! Y en ese mismo instante y como por arte de magia, la madre hizo su aparición en la puerta que al oírme me recriminó: ¿Te parece bonito lo que has dicho? Avergonzada me quedé sin palabras y hubiese querido que me tragara la tierra, pero como eso no podía ser, solo me quedó la reflexión para no volverlo a decir nunca más en mi vida.
A los 16 y 18 años de edad nos separamos no por voluntad propia, sino porque las necesidades de la época nos hizo salir de allí y aunque las dos vinimos a Cataluña, estamos lejos para podernos ver con frecuencia aunque sí una vez al año, que dicen que no hace daño. Mantuvimos el contacto por carta como se hacía antiguamente, después por teléfono aunque a mí me gustaba más escribir. Pero claro, llegó el día que la vista no me lo permitía y tuve que dejar de hacerlo. Ella me comentaba: ¿Y si aprendieras el método Braille...? Y yo que lo desconocía por completo le contestaba: y con quién quieres que me comunique ¿Contigo?

Pasaron los años, aprendí el método y recordé su sugerencia y lo que yo pensaba de ella, y entonces se me ocurrió de escribirle en Braille. Y lo hice, claro que sí, pero adjuntándole un abecedario para que pudiera descifrar, pero como a mí me gusta hacerlo diferente, le escribí así:

Recuerdo nuestra infancia, cuando sin juguetes jugábamos las dos.
Recuerdo cuando el día se hizo noche y las estrellas dejaron de existir, y recuerdo con amor, cuando tus ojos me sirvieron a mí, y cogida de la mano me llevabas a jugar y me leías los cuentos para que yo los pudiera escuchar.
Yo escuchaba con atención tu bella lectura, mientras tú vivías la amargura del personaje en cuestión, que con cariño y dulzura penetraba en mi corazón. En él guardo todavía, a pesar del tiempo pasado, el recuerdo de aquellos días, que con penas y alegrías, vivimos antes de separarnos.
Por eso desde aquí, yo te mando mi recuerdo, con él te quiero decir, que en la memoria conservo el cariño que nos tuvimos y que aún te tengo.

Tengo que decir que me encantaba oírla leer porque lo hacía de maravilla.
Unos días después me llamó para decirme que había recibido la carta y lo primero que pregunté: ¿La has podido leer? Ella me contestó: ¡Jolines, si me has hecho llorar!

Bueno, yo solo escribo lo que me dicta el corazón y como no puedo olvidar su lectura y nuestros juegos, y porque es verdad que sus ojos eran los míos, la llevo permanente en mi corazón, donde llevo a todo aquel que me hace bien y como no recuerdo que nadie me haya hecho mal, eso quiere decir que en él cabe toda la gente de buena voluntad.

12 comentarios:

Isabel dijo...

¡¡¡¡ Ayyyy !!! que muiedo me dasssssssssssss.
Que yo ya soy muy mayor para aprender el método de los puntitos y con lo disléxica que soy vas a ver que textos me pueden salir. Que te veo escribiendo en Braille y todos por aquí con el manual en la mano.
Y yo no soy esa, soy la del jardín
Besos

Mayte dijo...

Piedad, te he conocido a traves de Isabel, y te admiro. Con este relato me has recordado mi infancia y adolescencia y sobre todo a esa amiga especial, en mi blog ya había pasado un poco por alto por ella. Las 2 nos llamamos Teresa, las 2 nos fuimos de Cataluña en agosto del año 1976 yo para Asturias y ella para Francia, las 2 nos casamos, las 2 perdimos una hija... en fin que en la distancia hemos llevado una vida bastante paralela.
han pasado 33 años no nos hemos vuelto a ver, seguimos en contacto durante mucho tiempo, aunque hace 7 u 8 años perdimos el contacto.
Tiene guasa que siempre quise aprender a hacer bolillos y nunca lo hice porque ver tantos puntos y alfileres me........ acojonaba, ala así que a comprar puntillas cada vez que pasaba por Caamariñas (Galicia).
Oye, que si hay que comprar el manual todas aquí a fichar y que nos hagan precio especial. Besos

Scarlett Butler dijo...

qué bonito tener una amistad que dure tanto!! qué suerte, eso ya no suele ser lo normal, verdad??enhorabuena!! besos!!

Mariaisabel dijo...

Mi querida Piedad, que bonito todo lo que has escrito y que ternura!
Yo también recuerdo a mis amigas de la infancia, de hecho tengo más de una, y gracias Dios conservo la amistad, aunque por circunstancias de la vida no vivamos en la misma ciudad. No obstante, sabemos de nuestras vidas y como tú empezamos escribiéndonos, luego el teléfono y por suerte con alguna por email o msn.
Me encanta conservar a mis amigas, aunque por desgracia, mi mejor amiga la perdí hace 7 años. Fue como una hermana para mi y la recuerdo constantemente.
Gracias por deleitarnos con tu post. Sabes, al leerlo me he emocionado.
Un gran abrazo y un beso

Hada Isol ♥ dijo...

qUERIDA pIEDAD,CON CUANTA TERNURA HAS ESCRITO ESTE POST QUE SALE DESDE TU CORAZÓN Y HOY LLEGA AL MÍO,ME HAS RECORDADO A MI AMIGA DE LA INFANCIA GLADYS,Y SE ME HAN LLENADO LOS OJOS DE LAGRIMAS,TE MANDO UN ABRAZO CON TODA LA EMOCIÓN QUE ME HAS TRANSMITIDO HOY!

Patricia López dijo...

Cuánta ternura hay en tu post, Piedad!
Hay amistades que se atesoran en el alma, que no se pierden jamás.
Yo sigo riéndome como niña cuando me encuentro con mis amigas de la infancia, la inocencia vuelve y sentimos que aquel lazo que iniciamos siendo niñas perdurará por siempre.
Un beso grande :)

Patricia López dijo...

Me olvidé de ponerte mi blog, perdón:
http://mariposapoetica.blogspot.com/

Conchi dijo...

Piedad, siempre pensé que tienes un corazón muy grande y ahora, después de leer tu entrada, pienso que lo tienes enormeeeeeeee. Nadie te hizo mal y en él llevas a todas las personas que te hicieron bien, las de buena voluntad. Qué bonito, amiga. Es un placer y un honor poderte decir esa palabra: amiga.
Te mando un fuerte abrazo.
(No trabajes mucho, que hoy es domingo!)
He puesto más fotos, jaja. Pásate cuando puedas.
Conchi

Sabela dijo...

Una vez más Piedad agradecerte una de tus emocionantes entradas, tus palabras llegan al corazón como dardos llenos de amor que transmites en todo lo que haces. Me gusta que tu amiga de la infancia se llame Isabel...
Abrazos.

Kety dijo...

Hola Piedad, te he conocido en el blog de Isabel,eres muy guapa por por fuera y por dentro, que es lo importante.

Enhorabuena a las dos por mantener esa amistad.
Un abrazo

reser dijo...

Hola Piedad: Hace días quo no te visito y lo siento porque tus escritos son un balsamo para el alma, dices cosas preciosas. La amistad si es verdadera no importa donde se este, siempre se lleva en el corazón y con las tecnologias de hoy es facil comunicarse solo hace falta voluntad y ganas.
Besos querida

entreluces dijo...

Me ha encantado este relato Piedad, como todos los tuyos muy emotivos.
Es cierto que a la verdadera amistad no le afecta la distancia, es algo que permanece a través del tiempo como si éste no pasara, sabes que está ahí, pase lo que pase, aunque no os podais ver.
Yo lo vivo así y es bonito comprobarlo cuando vuelves a abrazar a una auténtica amiga.

Me alegro mucho por tí, tu amiga Isabel tambien es muy afortunada.
Abrazos.