EL PERRO Y LA MOSCA
Tururú era un perro simpático y educado. Le gustaba tumbarse en la terraza sobre una maca, tendido con las patas abiertas y relajado, esperando que su amo viniera a rascarle la panza y las orejas. Pero en lugar de unas manos dulces y cariñosas, encontró una mosca impertinente, antipática y pegajosa, que le estaba tocando las narices a base de bien.
-¡Mosca, me estás haciendo enfadar! ¡Vete y déjame en paz!
-¡Jaja, no me coges!
La mosca volaba de un lado a otro de la cara, se metía en las orejas, en los ojos, en la nariz y en la boca. Tururú estaba como loco con las orejas moviéndolas y las patas delanteras que se hacía polvo dándose manotazos y, la mosca cada vez más guasona.
-¡No me pillas, jajaja!
-¿Qué no te Pillo…? ¡Como te pille te mato, mosca asquerosa! ¡Te he dicho que me dejes tranquilo y no me molestes más!
La batalla sigue entre el perro y la mosca y en un descuido de esta, el perro la cogió por debajo de la pata y la apretó. Los huesos crujieron todos a la vez como si le hubiese pasado un camión por encima. La mosca gritó de dolor.
-Ay, ay. Me has matado.
-No es verdad, estás vivita y coleando…la culpable eres tú, tú has tenido la culpa. Yo no quería hacerte daño. ¡Mosca pegajosa, no quería hacerte daño!
La mosca, caída en el suelo, daba vueltas y más vueltas gritando hasta que dejó de quejarse.
Estaría muerta de verdad ¿o le estaría gastando una broma al pobre tururú?
*
Una mosca impertinente
con un perro se metía,
le hacía cosquillas en la frente
y el perro se ofendía.
Andaba de las orejas a los ojos
por la nariz y la boca,
iba dando saltitos
al tiempo que lo provoca.
Sube y baja de prisa,
se da media vuelta,
y vuelve a empezar
lo más de contenta.
Va cantando una coplilla
un, dos, tres,
media vuelta a bajo
y empezamos otra vez.
Un, dos, tres,
no para de cantar,
y el perro, ofendido
¡como la coja la va amatar!
Piedad Martos Lorente
7 comentarios:
Muy gracioso el poema, me has hecho sonreir.Besicos
Buenas tardes a todos y todas.
Aunque llevo unos días sin inspiración, en los últimos días de octubre, cuando las moscas estaban tan pesadas me vino la idea de escribir este relato. Así que hasta los insectos son buenos para escribir, jajaja.
Esperemos que las musas no me abandonen demasiado tiempo y vuelvan otra vez con migo.
Os dejo un ramillete de besos y abrazos.
Lo has descrito de forma muy amena y totalmente ajustado a la realidad ¡Lo pesadísimas que se ponen las moscas sobre todo a finales de verano!
De eso sé un montón, hay años que en el pueblo parece que se dan cita y están todas allí.
En cuanto a tu pregunta... me siento muy bien pero como siempre tengo cosas que hacer, voy dejando mi vuelta para otro día y así se pasan las semans y sigo sin escribir.
Abrazos y cariños.
Kasioles
Qué verdad no hay más cansinas que las moscas , siempre poniéndose donde no deben.
Un bonito, tu poema.
Gracias, Piedad por tu visita. Un abrazo.
La verdad es que son muy impertinentes, no me extraña la reacción del perro.
Abrazos Piedad y cuídate.
Gracias Piedad por hacerme pasar un buen ratito.
Te envío un fuerte abrazo y un besote.
Buen finde.
A ti las musas no te hacen falta, prueba evidente es este ameno relato y su poema también, inspirados en una simple mosca cojonera, como decimos por aquí.Eso solo le sucede a las auténticas poetas.
Un fuerte abrazo, amiga Piedad.
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