Piedad
jueves, 11 de julio de 2024
PARA NIÑOS Y MAYORES
sábado, 1 de junio de 2024
CONTINUO CON EL MISMO TEMA
Así es, amigas y amigos todos. Mi vida ha sido (y lo es) muy dura, pero ¿quién no le ha pasado algo en su vida? A nadie, porque a todo el mundo le ha pasado alguna cosa, aunque de distintas maneras, pero al finar son sufrimientos.
Mis padres padecieron mucho con lo que me pasó, hasta el punto que estaban dispuestos a darme un ojo cada uno. No sé si lo hubieran podido hacer porque el médico le dio esperanza antes que ellos le preguntaran y por otra parte estaba yo, que se me erizaba la piel solo de pensarlo. Años después, cuando empecé a perder la vista de nuevo le pregunté a otro oftalmólogo si podría hacerme un trasplante, y me dijo que no, pues tenía los ojos quemados y no podían hacer nada.
Mi padre murió muy joven y no me pudo ver como fui prosperando.
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A MI PADRE
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Hace mucho tiempo que no oigo tu voz
y apenas recuerdo tu imagen,
pero sí conservo el mensaje
que, con amor de buen padre,
tú me supiste entregar
transmitiéndome la bondad de una persona respetable.
Tú, que sabiéndote enfermo
tanto sufriste por mí,
ahora yo te quisiera decir,
que tu niña querida,
la que creías desprotegida
hoy se siente feliz.
Y quisiera compartir contigo
todo lo hermoso vivido,
que tú no pudiste vivir.
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Mi madre vivió muchos años después, pero se pasó muchos de ellos en una silla de ruedas. No quería irse con mi hermana, porque según ella me protegía. Así que vivió como ella quería, en casa y cuidada por su hija querida, que era yo. Y para mí fue una satisfacción muy grande. Ni con todo el dinero del mundo se puede comprar la paz que te queda después.
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FELIZ CUMPLEAÑOS
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El tiempo pasa
y con él pasaron 97 primaveras,
y en tu débil cuerpo
los años dejaron sus huellas.
E igual que las flores se marchitan
la vida va pasando,
pero el aroma de tus pétalos
mi hogar sigue perfumando.
Porque eres como una rosa
que el tiempo oscureció,
marchita, eso sí,
pero fresca en mi corazón.
Sin fuerzas en su tallo
para mantenerse erguida,
pero tan solo es el pesar de los años
sobre el esfuerzo de la vida.
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Eres una ramita que el otoño desnudó
llevándose el brillo de sus hojas Y con ellas su esplendor,
pero, aun así, con tu ramita desnuda y tus pétalos caídos,
eres para mí la flor más hermosa que he conocido.
Y es por eso, que en esta primavera
cuando de nuevo florece,
yo te ofrezco mi vida entera
si con ello, la tuya crece.
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Ya sé que estás cansada,
que no quieres sumar más años,
pero, aun así, yo te quiero decir:
¡Felicidades! Y que las primaveras vayan pasando.
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30 de marzo de 2009
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Aprovecho el momento para decir que tengo tres libros, dos de cuentos y uno de poesías llamado "Entre magia y fantasía", "Habitantes en el planeta" y "Sentimientos en versos", que podrán encontrar en internet con mi nombre, Piedad Martos Lorente.
miércoles, 1 de mayo de 2024
De nuevo cuento lo que me pasó
Hoy me dirijo a ti, amigo Teclas, con el fin de contarte algunas cosas que hace tiempo te expliqué, pero que seguramente ya se te han olvidado y ya no te acuerdas. ¿Te acuerdas cuando perdí la vista? bueno, no te pregunto el día que la perdí, sino cuando te lo expliqué hace algún tiempo.
Ahora te cuento otra vez y de paso le cuento también a todos mis amigos que me leen y, que algunos dirán, ¿cuánto tiempo hará que perdió la vista?
Pues tenía nueve años y la perdí en un segundo.
Vivíamos en el campo y me encontré con un artefacto. Lo manipulé para ver su contenido, pero no llegué a ver nada, porque me explotó y ahí se acabó todo. Digo se acabó todo… o empezamos todo… Sí, se acabó mi infancia y mi adolescencia y empezó un largo sufrimiento de operaciones, tratamientos, etcétera, etcétera.
En un segundo el día se hizo noche y las estrellas dejaron de brillar para siempre, así como el cielo azul y las nubes blancas que parecían figuras.
Después de muchas operaciones y demás, volví a ver una mínima parte con un ojo, con la cual yo estaba contentísima, pero la alegría dura poco.
Unos años después se complicaron las cosas y lo he ido perdiendo todo, hasta el punto de no ver ni la claridad, así que vuelvo a estar como al principio. Pero no crean que me vine a bajo y me hundí. Cogí el toro por los cuernos y seguí haciendo lo mismo de antes. Es decir, lavando, planchando, fregando, etcétera. Y no crean que lo hacía mal, sino todo lo contrario. Me tomaba el tiempo que necesitaba, pero las cosas las hacía bien. Las camisas, las rayas de los pantalones… ay, los pantalones. Mi marido iba siempre más ancho y orgulloso con su señora… Siempre me celebraba. Pero, en fin, todo pasa y esta etapa de mi vida ya ha pasado y lo que antes hacía ahora no puedo por el ictus.
Y eso es todo, amigo Teclas. No quiero aburrir a mis amigos que me leen, pero tengo tema para escribir un libro si quisiera. Ah, y que no pasa nada, que las cosillas de esta vida muchos la toman a pecho, yo las cojo por delante y a la espalda me las hecho.
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En el campo yo vivía
en contacto con la naturaleza,
y el cielo yo tenía
limpio de impureza.
Porque nada lo enturbiaba
ni en invierno ni en verano,
y las estrellas parecía
que las cogía con la mano.
Pero un día dejaron de brillar
porque así lo quiso el destino,
quitándome las cosas más bonitas
y poniéndome obstáculos en el camino.
Ya no podía correr
ni estudiarme la lección,
ni cogía flores silvestres,
ni veía los rayos del sol.
Pero, aun así, doy gracias a Dios
por lo que tuve y fui,
olvidándome del dolor
y de todo aquello que me hizo sufrí.
Piedad Martos Lorente
lunes, 1 de abril de 2024
Quisiera ver estas cosas
QUISIERA VER…
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Quisiera ver las llamas
que hace el fuego encendido,
y ver el jugueteo
que entre ellas llevan prendido.
Quisiera ver los colores
que tiene el universo,
y en la variedad que tiene
escribir sobre ello.
Quisiera ver los pájaros volar
con el palito en el pico,
y en la rama de un árbol
formarse su nido.
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Quisiera ver el horizonte
y con él el nuevo amanecer,
ver los rayos del sol
que se pone a la atardecer.
Quisiera ver el paisaje
del cielo y la montaña,
con los picos erguidos
bajo las nubes blancas.
Quisiera ver la noche plateada
de estrellas y luna llena,
y ver el resplandor
que en la escuridad deja.
Quisiera ver el paisaje
que ofrece la naturaleza,
y ver esos pequeños detalles
con toda su riqueza.
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Quisiera ver el paisaje
de las olas del mar,
lamiendo la arena
para poderla besar.
Quisiera verla de blanca espuma
y azul como el cielo,
las olas vienen y van
y a lo lejos, un barco con pasajeros.
Quisiera ver la playa
con su gente y sus sombrillas,
con sus alegres coloridos
y bajo sus sombras, las sillas.
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Quisiera ver un cuadro
no importa su contenido,
si es una imagen o una flor
o simplemente algo querido.
Quisiera… quisiera ver esas cosas
que pasan desapercibidas,
pero esas cosas no existen
porque para los ciegos están prohibidas.
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Piedad Martos Lorente
viernes, 1 de marzo de 2024
Oigo música de fondo
LA MÚSICA ME LLEVA A PAISAJES LEJANOS
Oigo música de fondo
en una mañana resplandeciente,
donde se respira paz y armonía
al ver el sol brillar alegremente.
Y sumida en mis pensamientos
me voy alejando del presente,
para reunirme con ellos
en los paisajes que llevo en la mente.
Cuando luz tenían mis ojos
y las florecillas del campo me sonreían,
yo las acariciaba con mis manos
y las hacía mías.
Porque eran flores silvestres
las pequeñas maravillas,
nacidas en el campo
de color amarillas.
Había de todos los colores
rojo, blanco y morado,
que guardo en mi retina
los colores más preciados.
roja era la amapola
y morado el lirio estaba,
por saber de mis amores
a la margarita le preguntaba.
Y encerrada en mis pensamientos
oigo vagamente,
la música de otros tiempos
y veo las flores silvestres.
La flor del paraíso
pequeña y sin ningún misterio,
pero el olor que deja
baña el universo.
Porque fino es su perfume
como el color de su flor,
amarillo pálido es
y van unidos aromas con color.
La retama florecida
de amarillo se vestía,
y entre los verdes pinos
con el sol resplandecía.
A la sombra de un olivo
me paro a descansar,
y a lo lejos diviso
las flores de un almendral.
Y tantos paisajes son
los que guardo en mi mente,
que, aunque ya han pasado los años
se mantienen vivos y permanentes.
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Piedad Martos Lorente