EN UNA ÉPOCA LEJANA
Érase un sobre
de una época lejana,
que llegó a un buzón
en una alegre mañana.
Unas manos temblorosas
sacaron su contenido,
y ojos brillantes
leyeron lo que había escrito.
"Anoche soñé contigo…
vendito sea mi sueño,
que me llevó a tu lado
como pluma que lleva el viento.
Sentí la suavidad de tu piel
y el calor de tu cuerpo,
mis labios besaron los tuyos
y mis dedos peinaron tu pelo.
Sentí el deseo de abrazarte,
de beber de tu boca,
de pedirte que seas mía
para apagar el fuego que me provoca."
Con emoción y deseo
la niña se preguntaba,
de quién era aquella carta
que a sus manos llegaba.
Érase su príncipe
enamorado y vigilante,
que le seguía sus pasos
enmudeciendo cuando la tenía delante.
Érase un sobre
de una época lejana,
que sin saber cómo
llegó a una niña enamorada.
Piedad Martos Lorente
6 comentarios:
Pues sí, yo recuerdo aquellos tiempos, cuando la comunicación era por cartas... con la ilusión que esperábamos al cartero para recibir noticias de nuestros seres más preciados y queridos. ahora, todo lo que llega al buzón son recibos, ofertas de viajes y propagandas, jejeje.
Feliz semana a todos y a todas y os dejo mi gratitud en vuelta en un abrazo.
Hola Piedad, tienes razón, ya no se reciben cartas que tan esperadas eran, lo has plasmado muy bello en tu poesía.
Besos.
Me ha parecido precioso este poema......Una pena que yo nunca recibí una carta de ese tipo y me hubiera gustado muchísimo.Besicos
Una ilusión que no nos debe abandonar
al menos tengo una amigo
que cada fin de año me remite una tarjeta y espero con ansias esa postal
muy bien recuerdo dado.
¡Hola a todas!
Os quiero comentar que tengo problemas para navegar por la red, sobre todo en la página de Magdeli Valdés. No encuentro la manera de entrar.
en los blogs de las demás tengo problemas algunas veces para dejar el comentario.
Desde aquí os doy las gracias a todas por vuestros comentarios, para mí tan importantes.
Abrazos de gratitud.
¡Hola Piedad!!!
Nos regalas unas versos lindos, amiga. Si, estoy de acuerdo contigo, tiempos que se van y no vuelven, que bonito es cuando recibías una carta. Tengo una anécdota muy curiosa. Yo cosía para el comercio y, estaba confeccionaba pantalones, se me ocurrió meter en uno de los bolsillos, un papel... Con estas letras, el que se ponga este pantalón, que escriba esta mi dirección! Naturalmente la mía.
Al cabo de quince días, recibo una carta, ¡ay si me ves bailar como una loca! Nos escribimos bástate tempo, y nuca llegamos a conocernos, pues el vivía en Toledo y por aquel entonces no estaban las casas fáciles para un encuentro. Pero fue bonito. Hoy sería diferente.
Ha sido un placer pasar por tu bello espacio y leer estos interesantes versos
Un abrazo, y mi gratitud.
Ten un feliz domengo.
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