domingo, 16 de julio de 2017

CAPITULO 7º

Capítulo 7º.

 

VIERNES POR LA NOCHE

 

Marina llega a su casa media hora después de acabar su jornada. Por el camino va pensando en lo que hará el fin de semana. Le apetece cambiar de aires y de rutina aunque solo sean unas horas. "En cuanto llegue a casa, le voy a proponer a Raúl salir mañana después de comer hasta el domingo por la tarde."

Abre la puerta y se lleva la sorpresa: en el piso no hay indicios de que Raúl se encuentre en él. Las luces están todas apagadas.

 

-¿Raúl…? ¿Raúl…? ¿Estás en casa?

 

Silencio obtiene por respuesta, solo se oye su propia voz y sus pasos taconeando que se dirigen al dormitorio. Se desnuda, se pone una bata y las zapatillas y se dirige al cuarto de baño para darse una ducha antes de cenar.

Una vez acabada, se sienta a la mesa y se sirve un poco de verdura y pescado que ya dejó preparado por la mañana. En ese instante suena el móvil.

 

-¿Sí?

-¿Marina? Soy Isidro. ¿Se acuerda que le dije que la llamaría para preguntar por mi tío?

-Sí, claro que me acuerdo.

-¿Y qué, cómo se ha quedado?

-Yo lo veo bien. Cuando le he acompañado a la habitación PARA ACOSTARSE, le he vuelto a tomar la temperatura y estaba bien. He dejado una nota al turno de noche para que estén al tanto por si necesita algo, así que puede acostarse tranquilo, que él está bien.

-Muchas gracias, Marina. Creo que voy a hacer lo que me ha recomendado: irme a dormir ya que estoy solo.

-¿No está su mujer?

-No, cuando he llegado de la residencia, me he encontrado una nota diciéndome que iba a salir con su prima y que a lo mejor llegaría un poco tarde.

-Pues está de suerte.

¿Por qué estoy de suerte, Marina?

-Porque a usted le ha dejado una nota, en cambio a mí, mi marido no me ha dejado nada y tampoco está en casa. Así que estoy cenando sola.

-Si quiere, puedo pasar a buscarla y nos vamos nosotros también, jejeje.

-No, yo no soy de esas. Aunque ya me gustaría saber con quién está Mi media naranja. Cuando llegue tendrá que pasar por el interrogatorio policial, jejeje.

-Pues a ver si tiene suerte y descubre la verdad.

-Me parece que me va a caer una lluvia de mentiras de padre y señor mío. Me lo estoy imaginando.

Pues tenga mucho cuidado con esa lluvia, no sea que la moje demasiado y le haga coger un resfriado agudo producido por mentiritis, que la lleve al borde de un ataque de esaboríos estornudos y contamine a los que le rodeen en ese momento.

-No se preocupe, lo tendré en cuenta.

-Espero verla la próxima semana en la residencia con ese toque irónico y guasón, que a veces flora en su rostro esaborío y, al mismo tiempo simpático. Sin proponérselo, cualquier hombre puede perder el sentío y verse, en cuestión de momentos, envuelto en el embrujo que desprenden las niñas de sus ojos brillantes como los rayos del sol.

-Madre de Dios, Isidro, usted se enrolla como una persiana, jejeje.

-Perdone, Marina, pero es que usted me cae bien aunque  le diga que es esaboría. No la molesto más. Que le aproveche la cena y que tenga feliz fin de semana.

-Igualmente, Isidro, buenas noches.

 

Marina está cansada pero no piensa acostarse hasta ver llegar a Raúl. Está dispuesta a descubrir la verdad de sus mentiras. Pasadas las doce de la  noche, oyó que se abría la puerta y en seguidas los pasos que se dirigían hacia el salón, donde estaba viendo una película en la tele estirada sobre el sofá. Se incorporó para salir a su encuentro con una dulce e ingenua sonrisa.

 

-Buenas noches, Marina.

-Hola, Raúl. ¿Qué te ha pasado para venir tan tarde?

-Lo de siempre. Me da una rabia… A última hora me dice el jefe que tenemos que preparar una cena sorpresa para el director generar con motivo de sus setenta aniversario, con los jefes de todas las empresas y, precisamente mañana. ¡Me tiene hasta las narices…! Si no fuera por lo que es, lo  iba a preparar todo él. Al fin y al cabo, los negocios son suyos y no míos. Nada menos que mañana, que ya tenía yo mis planes hechos…

-¿Con setenta años todavía está activo?

-No del todo, pero sí lleva algunos asuntos todavía. Lo más fuerte lo llevan los hijos y directores que nombró en su día. Quería darte una sorpresa y resulta que la sorpresa me la he llevado yo. Pero no te lo pierdas, el domingo sigue la fiesta y el lunes empalmamos con una reunión, así que me iré mañana y estaré fuera tres días, si es que no lo alargan más.

 

-¿Dónde hacen la fiesta?

-En la central de Madrid.

-Bueno, no padezcas. Yo también tengo que trabajar este fin de semana. Ana tiene otro compromiso y me ha pedido si le puedo hacer su turno, así que tampoco podríamos salir, aunque me encantaría.

 

Marina habla con naturalidad sin apartar la vista de la mancha de carmín que Raúl lleva en el cuello por debajo de la oreja.

 

-¿Vas a cenar?

-No, nos hemos comido un bocadillo en el despacho mientras preparábamos todo para el viaje. Me voy a dar una ducha y me voy a la cama. Estoy cansado y mañana salimos a primera hora.

-Yo también estoy cansada. Me voy a dormir.

 

Mientras Raúl se ducha, Marina ojea la  cartera de su marido. En ella encuentra algo interesante. De un sobre saca un papel, le hace una foto con el móvil y se apunta algo en otro papel que se guarda en su bolso. Después lo deja todo en la cartera tal y como lo ha encontrado y se mete en la cama fingiendo tener mucho sueño.

 

Piedad Martos Lorente.

 

7 comentarios:

Piedad dijo...

Los días... las semanas... los meses... ¡El tiempo pasa que vuela! Ya tenemos medio julio gastado, jejeje, y pronto pasará agosto.
Pues bien, Marina está a punto de descubrir la verdad... o la mentira de su marido, pero para eso tenemos que esperar dos capítulos más, jejeje.

Abrazos de gratitud para todos los que comentáis.

Feliz verano.

CHARO dijo...

Pues esperaré con impaciencia pero estoy segura de que se la "pega".Besicos

Lola Barea dijo...

Ay, Marina está sufriendo, creo que le debe poner un detective a Raúl, y salir de dudas. Eso del carmín en la camisa es muy sospechoso. Pero, bueno, vamos a esperar haber que pasa.
Estoy disfrutando tu relato, me encanta, gracias por compartir tus letras. Un abrazo para ti amiga Piedad.

Conchi dijo...

Hola Piedad, en espera del siguiente capitulo, te mando un fuerte abrazo.

Recomenzar dijo...

Te envidio me resulta casi imnposible esribir asi de largo y bello como tu lo haces

rosa mis vivencias dijo...

Piedad, esto esta ya al borde del infarto, para cuando el próximo capitulo?

Te lo he dicho muchas veces, pero nunca me cansare de decírtelo, nunca dejes de escribir, porque lo haces de maravilla, no se si es pasión de sobrina o no! pero me encanta leerte.

Un abrazo.
Rosa.

Conral dijo...

Ay, ay, que me temo que la mujer de Isidro es la amante del marido de Marina. El destino es a veces juguetón.
Bueno, la autora de la historia sabe lo que se trae entre manos, jeje.
Un abrazo, Piedad.
Conchi