viernes, 12 de junio de 2015

DE TODO UN POCO...

Si yo dijera que he estado haciendo un cursillo para cuidadores, lo más probable que escuche sería algo así:
"¡Pero si tú no ves...!"
"¿Qué puede aprender una persona ciega en un cursillo?"
"¿Cómo puede cuidar una persona ciega a otra que aunque ésta vea, necesita otros cuidados?"
Pues sí, se puede hacer y se puede aprender, sobre todo si se tiene interés en ello y si se pone atención a lo que se habla. Todo se puede hacer o casi todo, en esta vida.
Yo he hecho ese cursillo de veinticinco horas repartido en diez días, y la verdad es que me lo he pasado muy bien además de aprender técnicas y truquillos que desconocía. Pero lo que mejor me ha quedado han sido las prácticas... Quiero decir, lo que mejor se aprende.
 
Pues entre el cursillo y otras actividades tengo las musas un poco distraídas, así que hoy os dejo este poema de mi paisano Federico García Lorca que a mí, personalmente me encanta. Además que es bonito me trae recuerdos de mi infancia, cuando mi cuñado era un chaval y lo cantaba a las mil maravillas.
¿Qué mejor que este poema para recordar a estos dos grandes: Federico, grande por sus letras y pluma, y a mi cuñado Antonio, grande para mi, por la grandeza  de su corazón y el timbre de su voz, al cual, mañana me gustaría poderlo felicitar por su santo. 
 
Va por ti, Antonio.
 
 

GRANADA

 

Granada, calle de Elvira,

donde viven las manolas,

las que se van a la Alhambra,

las tres y las cuatro solas.

Una vestida de verde,

otra de malva, y la otra,

un corselete escocés

con cintas hasta la cola.

 

Las que van delante, garzas

la que va detrás, paloma,

abren por las alamedas

muselinas misteriosas.

¡Ay, qué oscura está la Alhambra!

¿Adónde irán las manolas

mientras sufren en la umbría

el surtidor y la rosa?

 

¿Qué galanes las esperan?

¿Bajo qué mirto reposan?

¿Qué manos roban perfumes

a sus dos flores redondas?

 

Nadie va con ellas, nadie;

dos garzas y una paloma.

Pero en el mundo hay galanes

que se tapan con las hojas.

La catedral ha dejado

bronces que la brisa toma;

El Genil duerme a sus bueyes

y el Dauro a sus mariposas.

 

La noche viene cargada

con sus colinas de sombra;

una enseña los zapatos

entre volantes de blonda;

la mayor abre sus ojos

y la menor los entorna.

 

¿Quién serán aquellas tres

de alto pecho y larga cola?

¿Por qué agitan los pañuelos?

¿Adónde irán a estas horas?

Granada, calle de Elvira,

donde viven las manolas,

las que se van a la Alhambra,

las tres y las cuatro solas.

 

Federico García Lorca

6 comentarios:

Piedad dijo...

En primer lugar quiero agradeceros vuestras visitas a este espacio y desearos que paseis feliz fin de semana y feliz día de San Antonio.
Antes tenía a mi madre, a mi cuñado y a mi sobrino, ahora ya no tengo a ninguno de los tres, pero allá donde estén, desde aquí les mando un beso.

Abrazos para todos y todas que dejais vuestra huella.

Conchi dijo...

Piedad, leo que ya has terminado tu curso de cuidadores, qué bien que lo hayas hecho y que te haya gustado. Tú ya sabías mucho, pero si has aprendido cosas nuevas, mejor. Siempre es tiempo de aprender.
El poema de Federico es precioso y seguro que tu cuñado lo cantaba divinamente.
Seguimos manteniendo vivos a los que nos dejaron en nuestros corazones.
Un abrazo, amiga.
Conchi

reser dijo...

Amiga. no sabía que hacías un cursillo de cuidadoras. Tu de eso ya eras experta, pero siempre va muy bien de aprender nuevas cosas que te faciliten más la faena. Todo lo que te propones lo consigues.
A mi también me gusta Federico Gracía Lorca ¡gran poeta!!
Como dice Conchi, los seres queridos se nos van ,pero siempre los llevamos en nuestro corazón.
Un gran abrazo, amiga.
Roser

rosa mis vivencias dijo...

Piedad, se de primera mano que has disfrutado mucho haciendo el cursillo, nunca esta de más aprender cosas nuevas, al contrario, pero en este caso creo que eres tú quien nos tendrías que dar lecciones de como cuidar enfermos, no necesitar ver para cuidar y mimar a quién lo necesita, por desgracia en esta materia estas muy bien preparada y por tanto eres una gran experta.

Recuerdo muy bien a mi padre cantando este poema, no es por presumir de padre y tú lo sabes, pero cantaba como los angeles. Tu lo querías como cuñado y el siempre te considero como una hija y, lo sabes. Gracias por recordarlo, aunque se lo lo recuerdas siempre.

Un abrazo.
Rosa.

PEPE LASALA dijo...

Me encanta tu forma de disfrutar Piedad, claro que sí, y también ese poema de uno de los más grandes. Gracias por todo lo que nos ofreces y por ser como eres. Un fuerte abrazo de corazón, me despido ya de ti hasta Septiembre por el Verano. @Pepe_Lasala

isam dijo...

Que bonito Piedad, y que fuerza de voluntad tienes para aprender todo.

Besos, Isabel.