martes, 9 de diciembre de 2014

ANSELMO EL PASTOR 14

 

LOS OJOS DE MIS SUEÑOS

 

Capítulo 14.

 

Aquella noche, Anselmo se dirigió al Monasterio del Pico Santo, donde se entrevistó con las dos mujeres interesándose por su bienestar y las tranquilizó de que todo iba bien.

-Creo que pronto tendremos noticias de tus verdaderos padres. Por cierto, ¿qué señal es la que tienes en tu cuerpo?

-Tengo una mancha en la espalda en forma de piña. ¿Por qué me lo preguntas?

-Podría ser una buena pista, ¿no crees? Tus padres seguro que la recordarán como lo recuerda un abogado del pueblo, que según me ha contado tenía una hermana con una mancha en la espalda en forma de piña, pero esta hermana, llamada Aurora fue devorada por las fieras del bosque en Monte Espeso donde vive la familia.

-¡Monte Espeso! -exclamó ella- ¿Y dices que fue devorada por las fieras del bosque?

-Eso dijo. Me ha contado que encontraron sus ropas destrozadas y un zapato manchado de sangre.

-Monte Espeso -volvió a pronunciar la joven-. Ese nombre es como si ya lo conociera, me recuerda a algo, pero ¿a qué? Es como si lo hubiese soñado. No sé, no sé. Ese abogado podría ser mi hermano, ¿no?

-Eso pronto lo vamos a saber -contestó Anselmo-, ya se está encargando él de averiguar tu procedencia y en cuanto lo sepa vendremos en tu busca. Ahora las dejo, mis deberes me reclaman.

El muchacho cerró la puerta detrás de sí, no sin antes despedirse de las mujeres con unas palabras amables y una amplia sonrisa. Alba le respondió de igual modo.

Una vez solas se dirigió a Juanita:

-¿Has visto lo guapo que es? Y eso que viene con ropas de trabajo. ¡Parece un príncipe!

-Pues mirándolo bien, tienes razón, el muchacho es muy guapo.

 

Unos días después, Manuel tenía sobre la mesa de su despacho las pruebas necesarias que le confirmaban la falsificación de los documentos en los que constaba que la niña, huérfana de padre, fue adoptada después de prometer a su madre gravemente enferma en su lecho de muerte que el matrimonio de Luna la cuidarían como a una hija. En dichos papeles faltaban datos interesantes aunque para el matrimonio, seguramente no tenían la menor importancia, pero que fue la clave que llevó a Manuel a dudar en la legalidad de los mismos, por lo que inmediatamente puso una denuncia.

 

Los gritos que daba don Francisco llegaban a todos los rincones de la casa. Los criados, en sus puestos de trabajo, temían que desahogara su mal humor con ellos ya que conocían bien el genio y brutalidad de su señor. Jorge, el criado que le había traído la noticia, callaba sin poder ocultar el temor que le producía verlo con los ojos ensangrentados por la rabia que llevaba dentro. Pilar acudió al momento asustada, preguntándose qué podía haber pasado. Sabía que Jorge había ido al Castillo a suministrar comida a Alba y a los criados.

-¿Qué pasa? ¿Por qué gritas tanto?

-¿Que qué pasa? Esa hija de perra ha sobornado a los criados y ha escapado del Castillo.

-¡Por favor, Francisco, no hables así!

-¡Cómo quieres que hable!

¿A dónde ha ido? -preguntó la mujer temerosa.

-¿Lo sabes tú? Porque yo no sé nada, solo que han desaparecido -contestó él todavía con el grito en alto-. Estaba muy ilusionada con irse al Puntal, y lo que estaba era burlándose de mí. Pero te juro que cuando dé con ella va a recibir su merecido y, a los criados... a esos dos tiranos los mataré como me llamo Francisco, ¡de mí no se burla nadie!

-Francisco, cálmate, seguro que es una falsa alarma. ¿Has mirado bien, Jorge? A lo mejor estaban por los alrededores paseando, la niña es joven y le gusta el bosque.

-De todas formas han desobedecido mis órdenes -continuaba enfurecido sacando espumarajos por la boca.

En ese instante entró en la sala Lola, una de las criadas, anunciando una visita.

-Perdone, señor

-¡Qué quieres tú ahora! ¿No ves que estoy hablando?

-En el vestíbulo le aguarda una pareja de la guardia civil acompañada de dos señores. Dicen que es algo muy importante.

Al oír estas palabras, don Francisco bajó el tono de voz y aclarándose la misma le dijo a la criada:

-Hazle pasar. Seguro que traen noticias de esa sinvergüenza.

Unos segundos después, los cuatro hombres hicieron su aparición en la sala, donde esperaban impacientes los señores de Luna.

-¿Se puede pasar?

-Adelante. Pasen y siéntense.

Don Francisco señaló los sillones que moblaban la estancia rodeando una mesa central.

-Ustedes dirán –prosiguió-. Supongo que me traen noticias de mi hija, ¿dónde está?

-¿Su hija?

-Sí, claro, Alba.

-¿Es que ha desaparecido? -preguntó uno de los guardias.

-¿Qué quiere decir? ¿Es que no viene por ese asunto?

-Perdone, no sé de qué me habla.

-No tiene importancia. Ustedes dirán en qué les puedo servir -continuó  don Francisco un tanto contrariado.

6 comentarios:

Piedad dijo...

Buenos días.

Un martes más y un capítulo más. Poco a poco van pasando las semanas y con ellas llegaremos al final de la historia ya próxima.
Agradecida siempre por vuestros comentarios os dejo un fuerte abrazo.

Kety dijo...

Piedad, acabo de finalizar todos los capítulos. Eres un genio escribiendo. He dejado un comentario en capítulos anteriores. Espero ese final

Un fuerte abrazo
Kety

rosa mis vivencias dijo...

Piedad, parece que se acerca a un final muy interesante y, estoy deseando leer.

Espero que tengas otra preparada para cuando esta finalice, porque esto engancha.

Abrazos.
Rosa.

Marina-Emer dijo...

mi querida amiga Piedad...gracias por tu cariñosa visita y felicitación a estas fiestas ...yo a pesar de parecer que estoy alegre estoy triste y sin ganas de nada estos dias tan señalados para mis hijos y para mi ....ademas no te lo aseguro pero es posible que deje el blog ...mis hijos y hermano no quiere por lo que me ocupa al llegar a casa pero con tantas redes ya no le veo ni gracia...
besitos ,cuidate y felices fiestas
besossssssssssssssssssssssss
Marina

isam dijo...

Me he escapado un momento, y he leido dos capitulos, me tienes intrigada con esta historia.
Besos, Isabel.

Beatriz dijo...

Piedad: me encanta tu historia. Me tiene muy entretenida, aunque a veces comento un poco tarde. Te felicito y no me canso de decírtelo. Beso y buen fin de semana