martes, 7 de octubre de 2014

ANSELMO EL PASTOR 5

LOS OJOS DE MIS SUEÑOS

 

Capítulo 5º

 

Con la misma rapidez que se había vestido se deshizo de las ropas de la criada, metiéndose acto seguido entre las sábanas de seda simulando tener mucho sueño, por si a alguien se le ocurría entrar en la habitación sin avisar mientras hablaba en voz baja con la criada explicándole cómo había sido su encuentro con Anselmo. Unos golpes en la puerta hicieron que la joven cambiara de conversación. Juanita, con el manto por encima de los hombros, fue a abrir mientras contestaba a la muchacha, que en esos momentos estaba interpretando un perfecto papel de una obra de teatro.

 

-Cuando le eches al estómago el desayuno que yo te traiga, verás como se te pasa todo ese malestar.

-¿Quién hay enfermo, Juanita?

-Ah, buenos días, don Francisco. La niña no se encuentra bien, dice que le duele la tripa.

-¿Es eso cierto, hija?

-Sí, me duele el estómago y la barriga.

-Me había parecido verte entrar de la calle, aunque me extrañó la vestimenta que llevabas porque más bien parecía una criada, pero los andares eran igual que los tuyos.

-¿Cómo iba yo a salir a la calle si usted me ordenó que me quedara en mi habitación? No quiero desobedecerle, además, no me encuentro bien.

-Bueno, no será nada importante, Juanita te hará una manzanilla y mañana estarás bien. Venía a decirte que prepares tus cosas, porque mañana, precisamente, saldrás para el Castillo del Puntal donde permanecerás hasta que llegue el día de tu boda con Emilio Granados. Juanita te acompañará para cuidarte y para que no te sientas sola además de dos criados que velarán por tu bienestar. No intentes escapar porque no lo vas a conseguir.

-¿Por qué iba yo a escapar si estoy deseando llegar a ese lugar? Allí tendré tiempo de pensar en mi futuro sin que nadie me moleste y en lo feliz que voy a ser con Emilio. ¿No lo conoceré antes de mi boda?

-Sí, claro, unas semanas antes, cuando ya esté todo preparado vendrás a casa y haremos una fiesta de pedida y anunciaremos tu enlace con él.

-¡Qué bien! Me tendré que hacer vestidos, ¿verdad?

-Pues claro, mujer, te harás tantos como desees. Te haré llegar una modista para que te tome medidas y puedas elegir tú misma el modelo, el género y los colores. ¿Sabes una cosa, hija? Me alegra mucho verte tan entusiasmada. Voy a decirle a tu madre que venga a ayudarte. Juanita, ya has oído lo que he dicho, prepara tú también tus cosas. Mañana saldréis a primera hora de la mañana.

-Sí, señor.

 

El hombre salió de la alcoba dejando tras de sí a las dos mujeres. Alba se levantó de la cama de un salto y se acercó a la criada hablándole en voz baja por si don Francisco aún se encontraba en el pasillo.

-Tenemos que avisar al pastor. En cuanto puedas salir, llevarás una nota y la metes por debajo de la puerta de la lechería, él la encontrará cuando venga mañana. Ahora mismo la escribo, pero cuidado que no te la cojan. Escóndetela en el pecho, ahí no la verá nadie.

-Que sí, niña, que sí, no temas. Nadie va a sospechar nada. No ves que has hecho un papel que ni el mejor actor lo hubiese hecho más natural.

-Me conviene que crean que de verdad estoy enamorada de ese viejo asqueroso. Si no lo hago así, difícilmente voy a salir de este suplicio.

-Niña, no hables así de ese señor, puede ser buena persona.

-¡Bah!, ¿tú no has visto la fotografía? Tiene un bigote que parece el moño de Felisa plantado en una patata vieja por las arrugas que tiene en su cara y con un buche que ni una embarazada de nueve meses tiene que ver.

-¡Cielo santo! ¡Con lo joven y bonita que eres tú y buscarte un fantoche así!

-¡Con lo guapo que es el lechero! ¿Tú lo has visto bien, Juanita? ¡Bien vestido tiene que ser elegantísimo! ¡Con esos ojos negros!

-Pero el pastor no es rico.

-¿Y para qué sirve la riqueza si con ella no se compra la felicidad? La mejor fortuna es casarse con el hombre de tus sueños. Un hombre joven  y guapo que te quiera porque se lo mande el corazón y no por lo que tengas o dejes de tener. Yo no quiero riquezas, quiero ser libre como los pájaros, quiero vivir y nada más.

-Cuánta verdad dices con tus pocos años de experiencia. Anda, escribe la nota antes que sea más tarde.

 

La muchacha se sentó frente a su escritorio y escribió:

 

Los ojos de tus sueños

presos los llevan a la montaña,

entre dos guardianes mandados

y el servicio de una criada.

 

Desde el Castillo del Puntal

iluminará el cielo estrellado,

para guiar a su capitán

al mando de un regimiento formado.

 

-Toma, Juanita, guárdatela bien que no te la vean.

La mujer la tomó, la dobló cuidadosamente y se la puso en el pecho dentro de la ropa y acto seguido salió al  pasillo.

Alba se volvió a meter en la cama y siguió interpretando el papel  de enferma.

6 comentarios:

Piedad dijo...

Un martes más nos volvemos a encontrar frente a la pantalla del ordenador con un capítulo más.
Poco a poco vamos adentrándonos en la historia del pastor y sus sueños.

Espero que mantengáis viva elinterés por saber cómo sigue y dejeis vuestra huella a vuestro paso por este espacio, la cual recojo y sigo con mucho gusto agradecida siempre.

Abrazos para todos y todas.

Conchi dijo...

Piedad, siento no haberte dejado mis comentarios en las anteriores entradas, ya sabes que ando un poco despistada últimamente.
Me parece muy bonita esta historia de amor y opino como las demás, que eres una gran escritora.
Espero poder seguir leyéndote muchas historias.
Un abrazo
Conchi

Mariaisabel dijo...

Querida Piedad, pero que bien escribes!
Me gustaría poder hacerlo como tú de bien, pero yo no tengo ese privilegio.
Un gran abrazo,
Mariaisabel

rosa mis vivencias dijo...

Piedad, supongo que aún quedaran capítulos no? porque a mi me ha enganchado bien.

Espero el próximo Martes para ver como sigue, jajaja!!!!

Abrazos.
Rosa.

Beatriz dijo...

Me encanta esta novela. Y hace esperar ansiosa el próximo capítulo. Buen fin de semana

Piedad dijo...

Hola, amigas.

Conchi, no hay nada que perdonar, de sobra sé lo atareada que vas y el poco tiempo que dispones para seguir los blogs.

María Isabel, ¡no me digas eso que al final me lo voy a creer! Jajaja.

Rosa, pues sí, todavía quedan capítulos por leer y cosas por descubrir.

Beatriz, me alegra que me digas que te gusta la novela, ya que mi intención es esa, que todos y todas las que me siguen disfruten aunque este relato sea pura fantasía.

que tengáis un feliz fin de semana y hasta el martes próximo que nos volvamos a encontrar con otro capítulo.

Abrazos.