jueves, 30 de septiembre de 2010

BAJO SU PUNTO DE VISTA

-Hola, Vicente ¿Qué hay, de paseo?
-¡Ah! Hola, Pepe. Si no me hablas no te veo.
-Anda, vamos a sentarnos en este banco y hablaremos un rato, que la mañana se hace larga y ya estoy arto.
-Como quieras amigo, que a nuestra edad mucho tenemos de que hablar, recuerdos del pasado, vivencias del presente y hasta los problemas del futuro, que como me llamo Vicente, te digo que lo veo muy oscuro.
-No te preocupes por el futuro y hablemos de cosas alegres, que aunque tú lo veas oscuro, son cosas que tú no entiendes. Ni tú ni yo entendemos nada, nosotros ya somos mayores y no sabemos de la vida de hoy, todo tan moderno, tan mecanizado... y yo que soy un poco cerrado... nada entiendo.
-Calla Pepe, no me hables. ¡Qué me vas a decir que yo no sepa! Ayer me fui en el tren a ver a mis hermanos y para sacar la tarjeta todo tan mecanizado... para qué te voy a decir. Yo que con este ojo veo poco y con este otro no veo nada, ayuda tuve que pedir. Claro, y luego nos quejamos de que no hay trabajo, si ahora lo hacen todo las máquinas, ni un revisor en el tren y las ventanillas cerradas, e igual que eso, va todo. Y mira lo que te digo, no tardando mucho el tren irá solo, sin maquinista ni nada, ¿Para qué? Si ahora funciona todo con ordenadores a distancia. Y eso no es lo peor, de lo que yo me quejo es que todo está pensado para la gente joven y no piensan en el viejo. Bueno, ni en el viejo ni en el discapacitado, que con tanto modernismo para algunas cosas es bueno, pero en otras nos han fastidiado.
-Pues de ahí viene el que yo esté tan quemado. Con tanto modernismo, tanta tecnología, como tú dices nos han apartado de esa vía. Si es lo más sencillo que para llamar por teléfono al 902 de cualquier centro público, te contesta un disco que ya es lo último, diciéndote: Para tal cosa pulse uno, para tal otra pulse dos... ¡La madre que los parió! Si lo que yo quiero es hablar con personas como tú o como yo. Porque aunque no tengo problemas de visión, hay cosas que no las entiendo y me hago un lío y con la edad que tengo... ¡EA! ¡Que de ir solo no me fío!
-Así es amigo, ahora todo va igual, o te espabilas o eres un inútil total. Y ya me dirás qué podemos aprender a nuestra edad, y si encima ves poco o nada, en según qué cosas tenemos la vida limitada.
Pero en fin, cambiemos de conversación y hablemos de algo más divertido, a ver si me alegra el corazón, porque hoy tengo el ánimo un poco caído.
-Por cierto, Vicente. ¿Te acuerdas de Juan, el vecino de mi hermana? Pues dice la gente que se casa con una chavala.
-¿Qué se casa con una chavala? Pero si Juan es Mayor.
-Su cuerpo sí, pero no su corazón. El amor no tiene edad, ya lo ves, y si él se siente joven hace bien.
-Sí, claro, no hay nada como sentirse joven por dentro, tener ilusiones y alegres pensamientos...

9 comentarios:

rosa mis vivencias dijo...

HOLA PIEDAD;
!Sabes¡ son tantas las personas como Vicente y Pepe,que están tan limitadas ante cualquier evento de esa clase!que como tu¡ nos preguntamos hasta que punto van a sustituir personas por máquinas,no todo el mundo tiene la facilidad de moverse con tanta soltura como la gente joven,lo has dicho muy bien ¿que pasa con las personas mayores y con problemas de movilidad? ¿acaso no tienen derecho a ser como todos? a moverse libremente sin que les pongan tantas zancadillas, !pues por lo que se ve¡ los que diseñan desde un despacho no tienen ni puñetera idea de los problemas de la calle,tampoco creo que les importe mucho,lo estamos viendo en cualquier lugar.
Muy buena entrada Piedad,y mejor aun contada con esa chispa de humor que tanto te caracteriza, en un tema tan serio.
Un beso.
Rosa.

Beatriz dijo...

Me gustó mucho este post porque tienes razón. Odio cuando llamo a un teléfono y te dicen tantos númros que te haces un lío. Y como mi mcmá era discapacitada sufro por la gente que tiene esos problemas y nadie las ayuda. Un beso y buen fin de semana.

Unknown dijo...

Toda una realidad Piedad. Cuánta razón llevan Pepe y Vicente.
Un beso enorme y espero que todo vaya de maravilla.

Piedad dijo...

Algolpito, celebro volverte a ver después de tanto tiempo retirada de la red y me alegro mucho que hayas pensado en mi. Yo no te he olvidado aunque tamién dejé de pasar por tu blog, bueno, no exactamente dejé de pasar, sino de dejar mi huella porque dudaba si lo verías o no. Ahora veo que no es así. Desde aquí te mando un beso.

Rosa, Beatriz, a vosotras os digo que también me alegra encontrar vuestros comentarios, pues creo que a todas nos pasa lo mismo, que encontrar un comentario tan agradable como los vuestros es motivo de alegría y agradeceros vuestro paso por mi espacio. El blog se alimenta de los comentarios para seguir creciendo y poder ofrecer lo mejor de sí mismo.

Besos.

Tomi dijo...

Hola Piedad, totalmente de acuerdo con Pepe y Vicente, será muy moderno y rápido lo de hablar con las máquinas por medio de números y teclas, pero por otra parte pienso que poco a poco, llegará un día en el que no sepamos ni escribir, ni hacer números, ni sumar, restar, multiplicar o dividir como se hacía antes escribiendo a mano sobre un papel y usando numeros y letras. Que desastre, esperemos que alguien nostálgico lo ponga otra vez de moda dentro de 100 años.

Muy bien escrito en verso y con humor, los problemas de Pepe y Vicente.
Un abrazo.

Conchi dijo...

Piedad, por fin vine a dejar mi comentario! Ya sabes cómo andamos corriendo de un lado para otro...
Me ha parecido estupendo tu relato. Haces perfectamente la denuncia de lo que sucede en la realidad pero con tanto arte que da gusto leerte. Sigo pensando que tienes un gran dominio de la palabra y que podrias escribir para los cuartetos de los carnavales.
En cuanto a lo de las máquinas creo también que se están pasando. Da mucha rabia hablar con un robot y comprobar que los puestos de trabajo siguen bajando. Como esto siga así no sé dónde va a trabajar la gente joven.
Amiga, te felicito y espero que sigas escribiendo mucho, mucho.
Un abrazo grande
Conchi

-Celi- dijo...

Hola Piedad, muy buen y actual tema; Es bien cierto que con los años nos resulta difícil
adaptarnos para la vida que con tanta rapidez se moderniza, pero lo que ami mas me deprime es aceptar que a cualquiera nos pueden sustituir por maquinas, o robots yo me pregunto ¿hasta donde nos llevará el progreso? por el momento al paro y mas delincuencia; Esperemos que esos pensadores piensen en algo mas que en almacenar finanzas. Un beso Celi

Piedad dijo...

Tomi, Conchi, Celi, os agradezco vuestros comentarios y me alegra saber que pensáis igual que yo. Pues el progreso se dice que es bueno, pero a mí me preocupa, en parte porque cada día hay más gente sin trabajo porque todo lo hacen las máquinas.
Conchi, eso de escribir para los carnavales yo no lo veo tan claro, pues eso que tengo facilidad de palabras, noooo lo creas. Depende del día, si se enciende la bombilla o no... pero me alegra saber que te gusta leerme. Así que atenta que yo voy dejando mis historietas y mi fantasía, porque hay que darle trabajo a las neuronas jaja.

Abrazos....

Margarita dijo...

Hola, Piedad, al final me quedé un ratito por aquí para leer, soy una noctámbula empedernida, qué le vamos a hacer, jaja.

Totalmente de acuerdo con Pepe y Vicente. Ahora todo está mecanizado. A mí también me choca hablar con máquinas, o andar escuchando toda la retahíla de la grabación hasta que llega tu opción para apretar la dichosa tecla. El progreso tiene sus ventajas, mira si no nuestro ejemplo, nos sirve para comunicarnos y compartir nuestras aficiones, pero todo tiene su medida. La máquina jamás debería sustituir al hombre. Hay muchas películas que tratan ese tema, y al final acaban en desastre. Ojalá no tengamos que verlo. Y, como bien dices, quita puestos de trabajo y no estamos como para eso, con la falta que hay. A veces me paro a pensar y no sé a dónde vamos a llegar, pero a veces asusta.

En cuanto a los problemas de las personas que les cuesta moverse o que tienen dificultades, estamos todavía muy lejos. Será que solo interesan las mayorías, no sé si tenga que ver algo el asunto a la hora de votar. Al ser un colectivo con menor cantidad de personas se les tenga en menos consideración. No sé tanto dinero que va a cosas que no tienen importancia en vez de hacer la cálidad de vida de todos mejor. Esperemos que las cosas cambien.

Bueno, me ha gustado mucho tu relato, está contado con gracia y da qué pensar.

Un beso,

Margarita