domingo, 18 de junio de 2017

AMORES EQUIVOCADOS 5º

Capítulo 5º.

 

EN EL SUPERMERCADO

 

Mientras coge los productos de la estantería, Marina ve de reojo a un hombre que lleva un brazo vendado. Sorprendida se acerca a él y le saluda.

-Buenos días, Gabriel.

-Buenos días, Marina. No te había visto.

-¿Qué te ha pasado en el brazo?

-Un accidente en el trabajo, pero ya estoy mejor. Después de dos semanas al final  me han tenido que operar.

-Ah, ¿sí? Pues no me ha dicho nada Raúl.

-Bueno, supongo que Raúl no lo sabe. Al menos yo no le he dicho nada.

¿Cómo que no se lo has dicho?

-No, no, es que hace mucho tiempo que no nos vemos. Por lo menos hace tres meses… ¿Te acuerdas el día que nos vimos en la plaza del mercado?

-Sí.

-Pues desde ese día no nos hemos visto.

-¿Entonces, el domingo no celebraste tu cumpleaños?

-¿Estás de broma? El domingo todavía estaba en el hospital y mi cumpleaños ya pasó hace mucho tiempo... tanto que ni me acuerdo. Me dieron el alta ayer y, me faltaban algunas cosas y he venido a reponer la despensa, porque si no, lo tengo mal, jeje.

-Así es. Si no nos espabilamos nosotros, la compra no viene sola. Bueno, chico, me alegro mucho de verte y que te mejores.

-Gracias, mujer. Dale recuerdos a Raúl y a ver si nos juntamos un día de estos y vamos a tomar algo.

-¡Ya lo creo, que le daré recuerdos, y no sabes cuánto me alegro de verte!

 

A LA HORA DE COMER

 

Sentados uno frente al otro, Marina conversa con su marido aparentando tranquilidad y alegría.

 

-Ah, ¿a que no sabe a quien he visto hoy en el supermercado?

-Alguna amiga tuya ¿no?

-No, te equivocas. A un amigo tuyo. Por cierto, no me has dicho que ha tenido un accidente en el trabajo y que ha estado ingresado en el hospital hasta ayer.

-Es que yo no sé nada de ningún accidente de ningún amigo. ¿Quién es ese amigo?

-Gabriel.

-¿Gabriel? Si el domingo estaba bien.

-Sí, estaba mejor, pero en el hospital. Por cierto, su cumpleaños pasó hace barios meses. ¿Me puedes decir con quién estuviste el domingo?

 

Raúl, blanco como el papel no sabe qué contestar y está a punto de atragantarse. Empieza a balbucear palabras sin aclarar demasiado, simulando tener la boca llena.

 

-Ya te lo dije. Con Gabriel…

-¡No mientas!

-No miento, cariño. Es que yo te hablé de otro amigo que también se llama Gabriel.

-Ah, ¿sí? ¿Y quién es ese Gabriel que yo no lo conozco?

-Sí, mujer, es un amiguete mío de la infancia. También vive solo.

-¿De verdad, no me estás mintiendo? ¿No será una Gabriela, o tal vez una Lucía?

-¡Calla, mujer, calla! Cómo te voy a engañar yo, si eres mi vida entera. Lo que más me importa en este mundo. Cariño, no seas mal pensada…

-Ay, cariño… ¡Cariño, como te quiero tanto, te la endiño!

-No digas más tonterías… tengamos la comida en paz.

 

Marina disimula la duda y está dispuesta a descubrir la verdad. Para ello, en un descuido de Raúl registra los bolsillos, cartera y todo aquello donde pueda encontrar algún indicio de su infidelidad. En el bolsillo de una americana encuentra un pequeño paquete envuelto en papel de regalo. Indignada sale al salón con él en las manos preguntando en voz alta:

-¡Raúl! ¿Me puedes decir que es esto?

-¿Por qué me has registrado los bolsillos? ¿Es que no me crees?

-No. No me creo el cuento ese del cumpleaños de tu supuesto amigo.

-Está bien, te voy a decir la verdad. El domingo pasado fui a un centro comercial a comprarte un regalo. Quería darte una sorpresa el próximo domingo, pero todo se ha ido al garete. Ábrelo, son unos pendientes.

-¿Un regalo para mí?

-Sí, para ti. ¿Tiene algo de malo?

-No, pero me extraña un montón que me hagas un regalo tan caro sin ser ninguna fecha importante. Que yo sepa no celebramos nada.

-¡Madre mía, qué pesada te pones!

 

Marina desenvuelve el paquete y saca de su interior una cajita de joyería, la abre y se queda con la boca abierta.

 

-¡Oh, qué bonitos! Perdona, Raúl… Yo no quiero enfadarme contigo, pero es que a veces haces cosas que me hacen sospechar… Perdóname, por favor.

-Acepto tu perdón. No pasa nada, gatita mía.

 

La pareja se funden en un abrazo y después se despiden para ir cada uno a su trabajo.

 

Piedad Martos Lorente

 

 

6 comentarios:

Piedad dijo...

Bueno, ya hemos llegado al capítulo quinto. Cuatro capítulos más y se acabó...
A pesar que ya tenemos el verano y con él las vacaciones para muchos, espero seguir leyendo vuestros comentarios y agradecer vuestras visitas, las cuales me dan energía para seguir escribiendo.
Los que ya os toque descansar con unas vacaciones bien merecidas, os deseo todo lo mejor.
Yo no hago vacaciones... así que me podeis encontrar todo el verano en este lugar con mis historias y poesías.

Abrazos con lazos de gratitud.

CHARO dijo...

Esto me huele a chamusquina, pienso que el marido la está engañando....habrá que esperar a los próximos capítulos.Besicos

isam dijo...

Bueno, a ver como sigue el relato, porque me estoy mosqueando hasta yo, jajaja. Besos Piedad.

Lola Barea dijo...

Bueno, Piedad, en este quinto capitulo nos deja un poco más relajados. Parece que Raúl, no está haciendo lo que parece que hace, jejeje. Aunque, ya estoy como Marina, no me fio de los enredos de Raúl.

Me ha encantado leer tu relato, amiga, y esperando el 6 capitulo, ¡interesante!

Un abrazo.

Lola.

rosa mis vivencias dijo...

Bueno, ya se algo más de esta perejita, aunque parece que ella no las tiene todas con ella, haber por donde sale su querido Raulito.

Voy a por el siguiente!!!

Un abrazo.
Rosa.

Conral dijo...

Piedad, hace mucho que no paso por aquí y que no leo tu relato. Pero hoy me pongo al día.
Mira que si los pendientes eran para "la otra"! O serían para ella? Qué intriga!
Voy a seguir leyendo.
Un abrazo.
Conchi