domingo, 17 de mayo de 2015

LA INCONFORMIDAD

LA INCONFORMIDAD

 

La inconformidad, se halló exponiendo sus quejas ante el sordo, el ciego, el inválido, el manco y el demente. Habló con la boca de un sordo, que estaba sentado en un sillón con una radio en las manos.

-Si en lugar de ser sordo fuera ciego, podría escuchar la radio, las conversaciones de mis amigos y hasta podría bailar al con par de la música, porque para ello no se necesita ver.

Después se fue al cojo que estaba sentado en una silla de ruedas y de igual manera exclamó.

-Si en vez de ser cojo fuera manco, podría andar, correr, chutar una pelota… Y hasta podría ir al campo porque para ello no se necesitan las manos.

Acto seguido habló con la voz del manco, que estaba sentado a la mesa frente a un plato de comida, esperando que alguien le ayudara para comer.

-Si en lugar de ser manco, yo fuera sordo, podría vestirme, asearme, comer y coger todo lo que necesitara, porque para ello, el oído no es necesario.

Después pasó al ciego que se ayudaba con un bastón e igual que en los anteriores, expuso su pesar.

-Si yo fuera cojo en lugar de ciego, sentado en la silla frente a la ventana, podría contemplar el paisaje al otro lado de la misma. La puesta de sol, el amanecer en el horizonte, el cielo azul o con nubes, los pajarillos volando de árbol en árbol, las flores en los jardines, la gente paseando o con prisas, el tráfico de la calle cuyos motores contaminan la atmósfera, etcétera. Porque para ver todo eso no se necesitan las piernas.

Así fue pasando de uno a otro hasta llegar al demente y, cuál fue su sorpresa al quedarse muda frente a él ya que sus labios no hicieron ningún gesto para exponer su queja. La mirada ausente, perdida, sin expresión Y sus palabras incoherentes avergonzaron a la inconformidad, que calló de inmediato cerrando la boca de los demás.

 

Piedad Martos Lorente.

 

 

6 comentarios:

Piedad dijo...

Hola, amigos y amigas.
Hoy toca reflexionar, jeje, porque todo es importante en esta vida. Todos los órganos y todos los sentidos que poblan nuestro cuerpo son necesarios para vivir, aunque es cierto que unos son más importantes que otros, pero todos, todos hacen sun función.

Yo creo que ser ciego no es lo peor que nos puede pasar, hay cosas mucho peores que perder la vista... Esa es mi opinión.

Reflexionar y dejar vuestra opinión.

Para mí, lo peor es perder la mente.

Os dejo un fuerte abrazo y mis mejores deseos de que tengáis un feliz domingo y buena semana.

rosa mis vivencias dijo...

Sin duda tengo que darte la razón, en demasiadas ocasiones nos quejamos si ningún motivo, deberíamos estar agradecidos con lo que nos ha tocado vivir, tú eres un ejemplo de ello, se muy bien de la fuerza, el empeño y, las ganas que pones para que tu día a día sea el de cualquier persona sin ninguna discapacidad, y lógicamente lo consigues, para ti no existen barreas, tú las superas todas, eres un ejemplo a seguir.

Un abrazo.
Rosa.

Piedad dijo...

A todo se acostumbra una, Rosa, hasta vivir en la oscuridad... Somos tantas personas las que estamos limitados... Por suerte, hay muchos adelantos que nos hace la vida un poco más fácil, aunque también es cierto que encontramos muchos obstáculos que se podría mejorar si los diseñadores de ciudades, por llamarlo de alguna manera, tuvieran en cuenta los problemas conlleva para cualquier persona que vive en las mismas condiciones que estos personajes de los que hablo en este texto. Aunque ellos no se quejan de obstáculos, sino de lo que le ha tocado vivir y es que nunca estamos conformes con lo que tenemos. Por eso tenemos que pensar que siempre hay cosas peores...

Abrazos.

PEPE LASALA dijo...

Me ha encantado Piedad, y como reflexión comparto la que aportas en tu primer comentario, porque perder la mente es perder el ser que somos. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

Conchi dijo...

Uf, amiga Piedad, hacía tiempo que no te visitaba y hoy ya me he venido para acá.
Es muy fuerte lo que has escrito, muy grande, y lleno de realismo. Todas las discapacidades y las enferemedades son malas, pero comparto contigo que la demencia es de las peores ya que uno deja de ser uno mismo. Quizás la personas que la padecen no se den cuenta, como el cojo o el manco o el ciego, pero las personas que están a su lado sufren infinito viéndolas. Es una pena. Solo nos queda conformanos y decir, al menos lo puedo tocar, y besar y cuidar.
Te dejo un fuerte abarzo, amiga. Gracias por tus reflexiones.

PEPE LASALA dijo...

Por aquí paso de nuevo Piedad, para saludarte y desearte un bonito fin de semana.