domingo, 29 de junio de 2014

NUEVO RELATO. CAPÍTULO 5º

LA LUZ DE ESPERANZA





Capítulo 5º





El grupo estaba formado por cinco mujeres que bajo la enseñanza de Adela,
tejían con macramé un espectacular tapiz combinado con hilos de colores.

Esperanza sacó de su bolsa unas cuantas pulseras de macramé que había hecho
en su casa, después de decirle una de ellas que aquella labor no era para
ella ya que se necesitaba la vista, cosa imposible dada su situación. Pero
ella no se dejaba vencer por el capricho del destino, sino todo lo
contrario. Cuando alguien le decía que aquello podría resultar difícil, lo
intentaba con más intensidad puniendo el máximo interés por superarse y,
siempre o casi siempre lo conseguía. Por eso, cuando lo mostró a la
monitora, las demás no podían creer que aquel trabajo tan perfecto,
estuviera hecho con la luz de sus manos.

-¡No nos irás a decir, que estas pulseras las has hecho tú! -exclamó Ana,
admirada por lo que tenía ante sus ojos.

-Para qué preguntas, si sabes que hago cosas más difíciles que estas.
Además, ya sabes que me gusta hacer cosas nuevas y probarlo todo. Yo sé lo
que puedo hacer y lo que no y, cuando alguien me dice "eso tú no lo puedes
hacer", más ganas me dan de hacerlo y cuando lo pruebo, si realmente es
difícil pues entonces abandono la idea. ¡Pero os advierto que vengo
dispuesta a aprender hacer el tapiz!

-Si no lo veo, no lo creo -contestó Amparo admirada por la labor-. Si no
ves, ¿cómo puedes hacer los nudos sin equivocarte con los colores?

-Porque una tiene sus truquillos, jejeje. Señalo los colores con un nudo,
dos, tres... dependiendo de la cantidad de hilos.

-Pues yo creo que Esperanza ve algo y dice que no ve, porque yo cierro los
ojos y no puedo hacer enteramente nada -dijo Paquita sin dar crédito a lo
que estaba viendo y escuchando ya que por ser de otro barrio no conocía a
Esperanza. Ésta le contestó con tono de humor.

-Pues si no lo crees, ponte delante de mí y verás que pronto te quito del
medio, porque del castañazo que te doy, si no te tiro al suelo saldrás
disparada unos cuantos metros adelante.

-Te he visto de lejos cuando venías y no lo parece. Te mueves muy segura de
ti misma.

-Yo digo siempre -intervino Adela- que Esperanza es la luz que ilumina este
centro. Todos tendríamos que seguir su ejemplo y luchar contra viento y
marea igual que lucha ella que no se le oscurece nada, aunque viva en la
oscuridad. Aquí la tenéis, demostrándonos su entereza y vitalidad. Haciendo
cosas que otras, viendo bien, no seríamos capaces de hacer.

-Bueno, bueno, ya está bien, que me voy a poner colorada, jejeje. No es para
tanto, solo que hay que aceptar la minusvalía con la que nos ha tocado
vivir. No nos podemos hundir ni aparcarnos en un rincón como un mueble viejo
inservible.

-Pues yo no podría hacer todo eso que haces tú.

-Mira, Victoria, si tú estuvieras en mi situación, te tendrías que
acostumbrar como nos acostumbramos todos los que tenemos algo similar y
seguir adelante. No creas que porque yo hago todo lo que hago, no he pasado
malos momentos, que las cosas no son tan fáciles como parecen. Pero se tiene
dos opciones, o te hundes y no levantas cabeza o coges al toro por los
cuernos. Yo cogí la segunda opción porque la vida es muy bonita y solo se
vive una vez. No quiero vivir amargada ni amargarle la vida a los demás.



El taller de manualidades se convirtió en tertulia, al mismo tiempo que
trabajaban el tapiz. El tema principal era Esperanza y sus habilidades.



(Sigue)

5 comentarios:

Piedad dijo...

¡Buenas tardes!

Una semana más estoy aquí con un nuevo capítulo, esperando que os sirva de entretenimiento aunque solo sea durante unos minutos. Si lo consigo me doy por satisfecha. Para mí es un ejercicio muy importante, sobre todo de práctica ya que cuando una no ha recibido clases alguna, no voy a decir de literatura, sino de ninguna clasede enseñanza, solo se puede aprender haciendo lo que yo hago, escribir, aunque los relatos no contengan nada más que aburrimiento, cosa que no quisiera que fuera así, pero... ¡Todo puede ser!
Si así fuera os pido disculpas.
Os dejo abrazos y mi gratitud.

Beatriz dijo...

Me encantan tus relatos. Esperanza es un ejemplo de vida. Lindo reunirse con amigas en el taller y hacer cosas con las manos. Pero lo de Esperanza tiene más mérito que nadie. Esto demuestra que con juerza de voluntad todo se puede. Te mando un beso desde Buenos Aires. Linda semana

Conchi dijo...

Piedad, estoy de acuerdo con Beatriz. Es estupendo que las personas compartan lo que saben hacer, manulidades o lo que sea,y que Esperanza sea tan luchadora y tan positiva ante la vida. No todo el mundo es capaz de coger el toro por los cuernos.
Tener fuerza de voluntad lo primero, y también tener personas alrededor que te valoran y te quieren, lo mismo que las amigas de Esperanza. Eso también es muy importante.

Un abrazoooo.
Conchi

(Ya he puesto en la plaza el primer capítulo del otro relato. Espero que te guste).

rosa mis vivencias dijo...

Piedad, ojala hubiesen muchas personas como Esperanza, por supuesto que con la positividad que tiene, nada ni nadie le va ha impedir conseguir sus objetivos a pesar de los muchos obstáculos que se le cruzan en su camino.

Un abrazo.
Rosa.

isam dijo...

¡Bravo Piedad! esta eres tú,voy siguiendo tus relatos, hoy dos capítulos, porque la semana pasada no estaba.

Un beso.
Isabel.