lunes, 14 de julio de 2008

RECORDANDO EL PASADO.

Cuando una niña de nueve años pierde un sentido como puede ser la vista, por su corta edad no llega a comprender la gravedad de la situación y vive con la esperanza alimentada por su fantasía de que un día volverá a ver, y aquellos sueños que desde mui niña mantiene vivos en su mente, de ser peluquera o modista, quizá por manipular con la tijera y el peine, la aguja y el dedal, se verán realizados. Sí, piensa que todo eso llegará un día porque cree que los médicos lo curan todo y esa fe que tiene en ellos le hace ser paciente, tomarse las cosas con calma y tranquilidad a pesar del sufrimiento que le causa el martirio de las operaciones necesarias para su mejoría. Pero con el paso del tiempo y a medida que va creciendo, su mente va despertando a la realidad y comprende que los médicos no hacen milagros por lo que sus sueños se pierden en el pasado junto con su infancia pasando a ser sólo un sueño.

Así viví parte de mi infancia entre los nueve y los doce años. Un día, el siguiente al del Corpus Cristis, siguiendo las instrucciones del médico, mi madre me levantó el vendaje para hacerme la cura diaria . Aquel día se produjo el milagro que yo esperaba, aunque no para hacer lo que yo deseaba , porque a pesar de ello, nunca pude coser ni siquiera leer un libro como ya he dicho en otra ocasión, pero ese día pude decirle a mi madre el color del estampado de su vestido, indicándole el lugar exacto del dibujo correspondiente al color. Igual le indiqué las manchas negras sobre el lomo blanco del perrito “mi mascota” el cual había nacido después de mi accidente. Mi madre reía y lloraba al mismo tiempo mientras yo le iba indicando todo lo que veía, pero aún así, le rogué que no dijera nada a mi padre ni al resto de la familia por si aquella mejoría fuera transistoria y quería estar bien segura antes de darle a todos la noticia que sin duda les alegraría, sobre todo mi padre que tanto sufría por mí. Pero como era de esperar, aquella mejoría fue definitivamente, y yo me sentía contenta, dichosa y feliz. Podía contemplar los colores de las flores y el verde de la hierba aunque sin matizar los detalles, pero cuando lo tienes todo perdido, por mínimo que sea la recuperación te conformas, o por lo menos yo lo pensaba así y le pedía a dios que no me faltara nunca la luz que poseía. Pero claro, eso no fue como yo quería y cuando perdí lo que tenía, sólo me quedaban dos opciones, aparcarme como un mueble inservible en un rincón de la casa y derretirme en llanto amargándome a mí misma y amargando a los que me rodean teniendo encuenta que el problema siguería estando ahí, o coger el toro por los cuernos y hacerle frente. Opté por la segunda. Seguí haciendo mis labores igual que antes sin dejarme undir y no importa el esfuerzo ni el sacrificio para lograr mi propósito, sino el empeño que se pone en ello. He de decir que todo tiene sus ventajas. Antes cuando planchaba, buscaba siempre los rayos del sol para tener más claridad, ahora me da igual que sea de noche o de día, y ¡ojo! Lo hago igual de bien como una persona que vea jajajaja. No necesito abuela para celebrarme ¿verdad?, pero es así aunque resulte feo decirlo. Y esque a todo se acostumbra uno.

8 comentarios:

alicia barajas dijo...

Querida Piedad: a los que vemos nos resulta impresionante el mundo de los que no lo hacen... No entendemos cómo se puede vivir sin ver lo que tenemos delante y nos resulta misterioso e inexplicable lo que se pueda sentir sin ser capaz de ver. Tu testimonio me ha resultado muy interesante y destacaría tu opción: la vida! En todo lo que hacemos siempre podemos optar entre el camino de la luz y el de las tinieblas... y tú, aunque tus ojos se hayan apagado, seguirás siempre brillando con luz propia. Un abrazo muy fuerte, preciosa mujer.

Sabela dijo...

Aunque ya lo sabía, por lo que en otras ocasiones dijiste, tu relato me hizo estremecer... la verdad es que desde fuera no se comprenden muchas cosas. Estoy encantadísima de haberte encontrado, tu ejemplo sirve para mi bien personal, por lo cual tengo mucho que agradecerte.
Abrazos.

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

Ya queria yo poder leer tus experiencias y tus logros Me gustaria que explicaras mas cosas , porque son muy buenas lecciones para hacer pensar que a veces estamos mirando y no vemos y no vemos porque no queremosEstoy segurisima que planchas de maravilla.
Un beso

Conchi dijo...

Piedad, este relato tiene una protagonista especial, llena de fuerza y de luz. En la vida siempre hay dos opciones y siempre se puede elegir. La protagonista de tu historia supo elegir y sigue eligiendo bien. Por ello, y como yo también puedo elegir, no quiero perderte.
Gracias, por ser como eres.
Un fuerte abrazo.
Conchi

Piedad dijo...

¡Hola a todas!:
Sinkuenta, aunque parezca imposible, a todo se acostumbra uno y lo mejor en estos casos es tomarte las cosas con alegría y hacer lo que dice el refrán: al mal tiempo buena cara.

Sabela, eso es lo que me dice mucha gente. No sabía que con mi ejemplo te hubiera ayudado, si así ha sido, me alegro mucho de haber servido para algo.

driada, si te gusta leer mis experiencias, creo que tendrás ocasión de leerlas si esque sigues visitando mi blog.

conchi, las gracias te las doy yo por elegirme, es un placer teneros a todas.
Muchos besos duplicados

Mariaisabel dijo...

Hola Piedad, a ver si empiezo mis actividades y empiezo a contestar a todos los que me poneis comentarios en mi blog.
Hoy, al leer lo que has escrito, me he quedado maravillada. Si ya te admiraba, pue... ahora mucho más
A veces me pregunto: Como lo hará Piedad para escribir aquí?
Escribes de maravilla y da gusto leerte, además, nos estás enseñando mucho a todas las personas que leemos tu blog.
No cabe duda de que eres una persona muy inteligente. Estoy feliz de ser tu amiga.
Un beso muy grandote, amiga!

Piedad dijo...

¡Hola María Isabel!:
Antetodo, te agradezco de corazón tus elogios, para mí son muy importantes vuestros comentarios.
Lo de escribir aquí y que no entiendes, pues te diré que escribo normal, solo que tengo el ordenador adaptado con un programa de voz que lee lo que sale en la pantalla, por lo demás todo es igual, ecepto el manejo que no utilizo el ratón, sino con el teclado.
Saludos y me alegro volverte a tener por aquí de nuevo.

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

Hola Piedad ya he visto que has pasado por mi entrada de la Expo ¿ Te has dado cuenta que hay dos ? en la de más abajo se explican los edificios mas destacados.
Un beso